De película...

Este fin de semana, además de otras tantas actividades que suelo realizar (dormir, embriagarme y leer la revista viva el domingo mientras estoy cagando todo el fernet ingerido la noche anterior), enganché películas como Chuky II y alquilé el Juego del miedo II (como verán, soy un tipo muy ocupado). Durante el transcurso de una de ellas, me puse a pensar por que mierda dan tanto miedo las películas de terror bien hechas (cuando hablo de miedo me refiero a, al menos, amagar a taparnos los ojos en algunas escenas) .
Luego de pensar durante unos minutos y experimentar “muteando” la televisión en los momentos de mayor tensión, llegué a la conclusión que el sonido de la película es un 90% culpable del miedo que genera la misma, quedando un 10% a cargo de la imagen. Entonces, sin sonido, esas escenas terminan siendo no mucho más que La llamada.
Los invito a experimentar con esta clase de películas. A través de este “gran hallazgo” pueden combinar películas y sonido a gusto. Por ejemplo:

- ¿Qué tal si en la escena del Juego del Miedo II donde Amanda se arroja (o la invitan a arrojarse) al pozo con jeringas a buscar la llave, le ponemos de fondo la canción de Jugate Conmigo? (Jugate jugate jugate jugate jugate, Jugaaaaate YA!!). Todo se reduciría a un simpático concurso.

- ¿Y si en la escena del baño de la película “Psicosis” sonara de fondo el tema de Benny hill?

- ¿Y si en alguna de las escenas donde Chuky aparece de la nada portando algun cuchillito le ponemos cualquier tema de Piñon Fijo? (Uhh, eso si que sería de terror).

Decilo Enzo!

Una vez más me encontré inmerso en la misma situación. Esos momentos en los que sabés que querés, pero a la vez no. Crees ser tan valiente como para acercarte a hablarle casi sin pensarlo, pero te volvés a reprimir. Y ahí esta ella. Remerita blanca y roja a rayas, mostrándose como toda mujer, como esperando a que alguien se acerque a decirle algo. Y ese alguien era yo. En ese momento no lo pensé, pero era obvio que me estaba esperando a mi. No me sacaba la mirada de encima. Lo pensé un rato y encaré. Caminé unos pasos cortitos y antes de que pudiera emitir palabra alguna, ella rompe el silencio:
- Hola, ¿Que vas a llevar?
- Dame un Big Mac con papas y gaseosa grandes. Ah!, y la coca sin hielo.

Blito didáctico I

Siguiendo la temática del diccionario de Capusotto, procedo a revelar los significados de esas palabras que algúna vez nos enseñaron erróneamente.

- Expresa: mujer que quedó en libertad.

- Espigón: pijudo gangozo.

- Bloqueada: hada madrina de las publicidades televisivas.

- Ministerio: pequeño reproductor de música.

- Séquito: sin húmedad.

- Provoca: Mauricio Macri.

- Revés: no sufrís problemas de vista.

- Ola: hau

La triste realidad (Capítulo 1)

He aquí alguno de las situaciones y comportamientos de cada día que perdurarán por el resto de la humanidad:

- Nunca (salvo asados o reuniones de grandes consumidores de fernet), vas a lograr terminar una coca de 2 1/4 litros, sin que se quede sin gas.

- Nunca vas a sacar la basura a la calle al menos que la misma deje de hacer equilibrio en el borde del tacho.

- El hecho de apretar de manera brutal los botones de los controles remoto, no hace que estos funcionen mejor.

- Por más que los empleados de los talleres de autos y services varios sean de suma confianza, siempre vas a pensar por lo bajo que te estan cagando con el presupuesto.

- Lamentablemente, las mujeres sólo te buscan cuando estas de novio. Es por eso que deberíamos evaluar la posibilidad concurrir a los boliches con algun anillo en el dedo anular de la mano izquierda.

- Si hay cosas raras en la vida, una de ellas son los chinos altos.

- La página menos leída del diario es la que antecede a la sección deportiva.

- 1: Uh chabón, estas re flasheando. Como te pegó!
2: No bolu, posta te lo digo. Nos están mirando.

Bendición.

Una noche de fin de semana puede ser buena, por ejemplo, porque la pasaste bien entre amigos, porque te levantaste una mina o, en caso de las mujeres, un flaco.
Una noche de fin de semana puede ser mala, por ejemplo, porque no la pasaste bien entre amigos, porque no te levantaste a ninguna mina o, en caso de las mujeres, ningún flaco.
Una noche de fin de semana puede ser gloriosa porque llegaste a tu casa a las 6 a.m. y te acordaste que sobró mucha comida del cumpleaños de algún integrante de tu familia, en especial los sanguchitos de miga de jamón y tomate.

Olvidando todo...

Si hay que buscar al culpable de que no recuerde nada de lo poco que aprendí en la secundaria, sin duda es la Enciclopedia Encarta, en sus ediciones que van desde el 1998 al 2002.