miércoles, 16 de julio de 2008

Eramos tan jovenes (y boludos)

Nuestro paso por la primaria y secundaria nos ha nutrido de una capacidad casi profesional para crear excusas (excusas que jamás nadie creyó). A continuación describiré algunas frases que solíamos decir a nuestros padres con tal de aminorar el impacto que había causado el 2 (dos) que nos acababamos de sacar en la prueba o algunas excusas para faltar a clase, entre otras cosas.

- La prueba era re difìcil, imaginate que fausto (el traga de la clase) se saco un 6. (Mentira)

- Y mira, me fue bien, pero no se si el profesor corregirá por procedimiento o por resultado. Lo que pasa es que hice toda la ecuación bien pero al principio anoté mal un número y arrastré el error en el resto del ejercicio.

- La profesora es una hija de puta, tomó cosas que dijo que no iba a tomar. Me re cagó.

- Me saqué un 5, pero pudo haber sido peor, la saqué barata.

- Bue, ya fue, en la próxima estudio, me saco un 8 y apruebo.

- Ma, puedo faltar? Dale, es un día re tranquilo hoy, no hay pruebas y encima el de matemáticas no va. (Mentira, tenías una prueba y no habías estudiado una mierda).

- Situación: Examen Oral: Profesora, ¿puedo ir al baño? (Si lo habré hecho, me quedaba a vivir en el baño dando vueltas por el colegio para que no te tomaran oral.)

- No llegué a terminar la prueba, era muy larga.

- ¿Puedo faltar? Me duele un poco la panza (El hecho de decir "un poco" ya es sospechoso).

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